Primer partido que enfrenta al Club de toda mi vida, EBS Cartagena, con mi nuevo Club, CB Estudiantes Cartagena. No puedo negar que estoy algo nervioso en las horas previas y que se me hace rara la sensación de preparar una semana de entrenamientos y un partido para competir contra el Club al que he pertenecido toda la vida. Desde los 3 o 4 años, correteando por los patios del Colegio Salesianos viendo jugar a mi hermano desde cadetes, pocos años después en los equipos pre benjamines, me vienen a la cabeza nombres de mis primeros entrenadores, Emilio, Juanjo, Santi, Fernando...Llegó la época de vacas flacas al Club, coincidiendo con mi paso por las diferentes categorías, seguramente tendría algo que ver...era demasiado malo para que un equipo en el que yo jugara se federara o tuviera algún futuro, ja ja! Incluso abandoné el basket, y eso que era una de mis pasiones pero los años de estancamiento y falta de motivaciones me hicieron abandonar. Yo solo entendía el basket si era en Salesianos y con amigos. Pude probar en otros lados y algunos amagos hice pero para mi el basket, repito, era Salesianos.
Con la resurrección del Club, que coincidió prácticamente con la generación siguiente a la mía y con la cual terminé debutando como federado años después, mi pasión por el basket volvió a crecer tras un tiempo dormida y ya fuese como delegado-estadístico del equipo Senior, con mi hermano y varios amigos míos en activo, o por la vinculación de mi familia de un modo u otro siempre de fondo, la Escuela Baloncesto Salesianos volvió a ser uno de los núcleos importantes de mi vida. Con bastante esfuerzo e insistencia debuté como federado en Senior tras 6 años sin tocar un balón, con 20 tacos y tras entrenar un año con el Senior y perder unos cuantos kilos de sobra. Por fin descubrí lo que era formar parte de un equipo serio, de mi Club, de mis raíces, y pronto hice amigos y tuvimos y tenemos mil historias que contar y amigos que no olvidaré jamás. Quizás lo que más supe aportar estos años no fue mi técnica ni mi calidad, pero esos años de espera y de estancamiento quizás si me han permitido saber aportar tranquilidad y madurez a la gente más joven que venía pisando fuerte pero con exceso de velocidad, y quizás valorando menos las cosas más simples que yo si valoraba: formar parte de un equipo, tener balones, tener un pabellón para entrenar y jugar, tener el trabajo y la confianza de un entrenador a tu disposición...en definitiva, SER JUGADOR DE BALONCESTO. Con los años además, se me permitió ayudar con mi poca o mucha experiencia como entrenador ayudante en algunos grupos. Y precisamente en unas horas me enfrento a Rubén Fariña, entrenador al que tuve el enorme placer de ayudar el año pasado en el Junior Masculino de la EBS. Además con algunos de esos jugadores ahora comparto Club y minutos en la cancha.
Lo dicho, será raro y miento si digo que mañana no será la derrota menos dolorosa del año. Aunque mis chicos lo pelearán todo y ya están en disposición de hacerlo. Mejoran poco a poco en conceptos, agresividad y concepto de equipo. Todos los expertos me lo dicen, están acumulando conceptos y aún no saben aplicarlos al juego en un partido oficial, pero un día explotarán y subirán un par de escalones de golpe. Esperando esa explosión estamos. Sin prisa pero sin pausa. Sin presión pero con tensión. Ojalá sea mañana y podamos vivir un bonito partidos entre los dos equipos de mi vida.
¡¡ I LOVE THIS GAME !!
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